Amenaza de recesión económica obliga a invertir en infraestructura productiva
Culiacán, Sin.- Ante la cercana posibilidad de que México caiga en una recesión económica, urge que el Gobierno Federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador reencauce inversiones a la infraestructura productiva (presas, carreteras, hospitales…), que se retome el Instituto Nacional del Emprendedor y que se recupere un diálogo de respeto e incluyente con todos los sectores productivos, desde los micros hasta los grandes empresarios.
Ello, lo demandó Julio César Silvas, presidente de la Alianza para la Competitividad y Desarrollo de las Empresas (Adecem), quien observó que las expectativas de crecimiento se han venido reduciendo cada vez más, de modo que la estimación de crecimiento de un 4 por ciento del presidente Andrés Manuel López Obrador ahora se ve muy lejana.
El último ajuste a la expectativa de crecimiento, observó, se reduce al 0.5 por ciento, y ello se explica por las decisiones que en materia de política económica ha sostenido el presidente de la República, pues no se ha privilegiado el gasto en infraestructura productiva, que es invertir en carreteras, puentes, hospitales, presas, dragado de puertas y todo lo que significa infraestructura.
En lugar de ello, lamentó, el actual gobierno federal ha orientado más la inversión al gasto social, que no es del todo malo, pero el efecto que se esperaba en la economía de todo este dinero distribuido a jóvenes, adultos mayores y otros programas emblemáticos, no tienen un efecto en el consumo interno.
Por el contrario, observó, lo que se tiene es un decrecimiento y aproxima a la economía a una recesión.
Todos estos elementos, añadió el presidente de Adecem, deben llevar al presidente López Obrador y su gabinete a una reflexión, “porque lo que se requiere en México es mayor certidumbre y certeza para inversionistas”.
La inversión que haga el gobierno federal en infraestructura productiva, agregó, entonces se complementará con la inversión que empresarios mexicanos pueden realizar de manera conjunta y que pudiera llegar a un 25 por ciento del PIB.
De darse esta situación, aseguró, se incrementaría la demanda de bienes y servicios, y también mayor generación de empleos y mejore remunerados, y en consecuencia un efecto en el consumo.
Respecto al Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), Julio César Silvas consideró que no debió haberse desaparecido, pues aun cuando tenía un cúmulo de áreas de oportunidad, era un esfuerzo institucional que se podía haber fortalecido con autonomía y todos los ajustes necesarios a los órganos internos, pero se optó por desaparecerlo y se dejó la Unidad de Fomento Productivo, que a final de cuenta hará casi lo mismo que el Inadem.
